LOS PERROS AULLAN, ¿POR QUÉ?

No importa de qué raza sean, cuántos años tengan o cuál sea su tamaño, la gran mayoría de los perros aulla. Algunos en ocasiones específicas, otros siempre.

Pero ¿por qué aullan?

Como muchos de los comportamientos caninos, aullar tiene raíces ancestrales. Los lobos utilizaban esta forma de comunicación para hacerle saber a sus manadas dónde estaban o para ahuyentar a otros animales de sus territorios.

Probablemente tu perro no aulla para avisarte dónde está o para alejar a alguien, pero te aseguro que apenas escucha la sirena de una ambulancia el aullido fest se da por inaugurado.

¿QUÉ SIGNIFICAN LOS AULLIDOS?

Los aullidos son una forma de comunicación. Muchos perros aullan por el estímulo de sonidos agudos, lo que significa que están alerta y responsivos a su entorno.

Los aullidos también son comunes cuando los peluditos se quedan solos. Regresando a sus raíces ancestrales, al verse solos utilizan el aullido para vocalizar una señal con su ubicación. Lo más habitual es que comiencen a aullar cuando te escuchan acercarte a la puerta como si estuviesen diciendo "¡aquí estoy!".

Con el paso del tiempo los perros han ido modificando su comportamiento adaptándose a la vida doméstica con sus dueños, lo que ha provocado que utilicen el aullido como forma de llamar la atención. Un aullido es difícil de ignorar, así que saben que si lo utilizan tendrán la atención inmediata de su humano.

También hay un grupo selecto de peluditos que siguen aullando al encontrar algo. Este comportamiento ancestral viene del aullido que emitía el jefe de la manada para avisar que había hallado una presa para alimentar a sus compañeros. En la actualidad las presas han perdido un poco de seriedad ... así que es posible que tu perro aulle al encontrar su peluche favorito después de haberlo sacado de la lavadora.

Ahora conoces algunas de las razones por las que tu perro puede aullar. Si bien su lobo interior ya no sale para aullarle a la luna o llamar a su manada, sigue siendo un comportamiento que nos causa curiosidad y alguna que otra carcajada.